Una botella de plástico que no se recicle puede tardar hasta 1.000 años en descomponerse a la intemperie. Con la idea de fabricar un envase ‘limpio’ en mente, el español Rodrigo García González y sus socios de la startup londinense Skipping Rocks Lab desarrollaron las biocápsulas Ooho, unas esferas comestibles y biodegradables que contienen 50 mililitros de agua. La membrana que protege el líquido, compuesta de algas marinas, cloro y calcio, se puede comer con tranquilidad (es por ahora insípida) o destinar a compostaje ya que, según han declarado sus creadores en diversos medios, esta película está inspirada en la piel de la fruta. El proyecto, que forma a parte de la aceleradora Climate KIC, ha cosechado más de 700.000 euros en la plataforma Crowdcube y se comercializará próximamente. Multipremiados, los inventores de Ooho recibieron en 2016 el Energy Globe Award de Reino Unido.