Todos los 13 de abril se conmemora, casi con total seguridad, el acto afectivo por excelencia; EL BESO.
Su origen lo encontramos en las más de 58 horas que una pareja tailandesa mantuvo sus labios pegados.
Más allá de relacionar el beso con un acto de cariño, sus beneficios son enormes y han sido estudiados incluso científicamente. Algunos estudios llegan a admitir que es la base de la continuidad de nuestra especie.
Por otra lado, la “cultura del beso” va más allá del contacto físico entre personas. Si bien muchas culturas asiáticas no identifican al beso como acto de afecto, casi el 100% de culturas occidentales han llevado el beso a muchos significados. El famoso beso a la mano de una mujer en acto de respeto, el beso de Juan Pablo II cuando pisaba tierra en acto de humildad, el beso a un balón de fútbol es busca de suerte, etc.
Y por supuesto, el “beso virtual” en tiempos complicados de lejanía o confinamiento.