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Cuando se tiene una terraza, se cuenta con un espacio ideal para disfrutar en cualquier momento, especialmente si tiene ciertas dimensiones. Los toldos para terraza son indispensables para aprovechar ese espacio de la vivienda durante todo el año.
¿Qué clase de toldos podemos poner en una terraza? Lo cierto es que son bastantes las propuestas existentes, hoy en día, que permitirán que podamos disfrutar de este espacio con la máxima comodidad.
Una buena propuesta son las pérgolas o palillerías, algo que queda estupendo en terrazas que tengan un espacio amplio. Además, si se colocan protecciones laterales, se tendrá un espacio formidable para disfrutar de la terraza incluso cuando llueva.
Los toldos de punto recto son uno de los sistemas más tradicionales y utilizados en las terrazas. Son muy sencillos de usar dado que funcionan mediante un sistema de brazos frontales abatibles.
Otra propuesta para terrazas de cierto tamaño son los toldos extensibles, los cuales se caracterizan por su sistema de transmisión de brazos. Se anclan a las paredes y se pueden extender bastante para cubrir gran parte de la terraza. Como sucede con las pérgolas, también pueden incorporarse elementos en los laterales para proteger las rachas de viento y lluvia.
En caso de tener una terraza de reducidas dimensiones, los toldos de capota son ideales. Se pueden encontrar fijas, que mantienen siempre la misma forma y las móviles, que pueden recogerse. Recuerde que esta clase de toldos son para terrazas pequeñas donde apenas caben dos sillas y una mesa.
Aunque hay más, no queríamos acabar este artículo sin uno de los más utilizados: los toldos cofre. En este caso, tanto la lona como los brazos pueden guardarse cuando hay mucho viento o cuando el toldo no va a ser utilizado. De esta forma queda preservado de la contaminación, el polvo y la suciedad así como el sol y la lluvia, haciendo que su vida operativa sea mucho más larga que otros modelos.