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Para muchas personas, un toldo es únicamente para la temporada de verano y en parte puede ser cierto porque protege a la perfección de los rayos del sol, pero también hay toldos para el agua. Es decir, aquellos que pueden ser utilizados en una zona en la que las precipitaciones sean comunes.
Una de las principales ventajas de esta clase de productos es que están diseñados y fabricados para soportar el agua sin ningún problema. El tejido con el que están fabricados muchos de estos toldos tiene como componente al PVC, un material que resiste a la perfección la lluvia. Con ello, se proporciona un producto de calidad, con una gran resistencia y durabilidad, que a fin de cuentas es lo que cualquier cliente podría buscar.
Si tienes dudas sobre estos productos, una firma como Toldos Guardamar, que ya cuenta con un amplio reconocimiento y posicionamiento en el mercado, puede asesorar a los clientes sobre cuál es la mejor opción para cada uno de los clientes, ofreciendo una solución real a sus necesidades.
Un toldo preparado para la lluvia no se diferencia demasiado de los toldos que todo el mundo conoce y utiliza como sistema de protección solar. En este caso, además de contar con un tejido especialmente diseñado para soportar sin problema la acción de la lluvia, muchos de ellos cuentan con cierta inclinación específica, así como un sistema de evacuación de agua con lo que evitar que las personas que estén bajo el toldo puedan mojarse.
Por otro lado, los tejidos con los que están fabricados no solo están preparados para ser completamente impermeables sino que también suelen tener una gran velocidad de secado. También se caracteriza porque la confección del mismo cuenta con un sistema de máxima calidad para evitar que se pueda filtrar humedad.