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Un buen toldo puede ser sumamente útil para cualquier tipo de negocio, y ayudar a mejorar la habitabilidad de zonas exteriores como terrazas o patios. Pero eso sólo funcionará si el toldo que elegimos es realmente el mejor para nuestras necesidades, y eso incluye elegir entre lonas transpirables o impermeables. A continuación, os contamos cómo hacerlo.
Las lonas transpirables son aquellas que dejan pasar el aire y el agua a través de ellas. Las lonas impermeables son aquellas que impiden el paso del agua. En este último caso, los toldos suelen incluir alguna capa en poliuretano.
Obviamente, la gran ventaja de las lonas impermeables es que, si llueve, y por mucho que llueva, ni una gota de agua va a llegar a debajo del toldo. Por eso son mucho más útiles que las lonas transpirables en las zonas en que llueve mucho, como es por ejemplo el norte de España.
Sin embargo, eso también tiene dos inconvenientes:
Por eso último, en zonas de mucho sol (tanto en nivel de radiación cómo en cantidad de días de sol) la opción más adecuada es la lona transpirable, que permite que el área bajo el toldo se airee y se cree un espacio sombreado y fresco.
Asimismo, el tejido transpirable, al estar microperforado, es más resistente al viento, y es una opción mejor para toldos no anclados a la pared, por ejemplo, los de pérgolas y cenadores que estén en áreas soleadas o sólo se usen en verano.