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A nadie le gusta llegar a una playa a pasar el día tomando el sol, con la familia, los amigos, dispuestos a pasarlo bien, comiendo, dándonos un chapuzón, etc. y que la playa esté sucia por todos lados. No hay que pensar que la deben limpiar los operarios municipales únicamente, todos debemos ayudar a mantener nuestras playas limpias.
No hay que arrojar basura ni ninguna clase de líquido contaminante a la arena. No podemos pensar que el mar ya se llevará nuestros desperdicios. Si vamos a la playa con bebida o comida, debemos llevar una bolsa para meter ahí todos los restos que nos hayan sobrado y directamente tirarlos a su contenedor correspondiente. Lo mismo sucede con las colillas del tabaco, hay que recogerlas todas y tirarlas después a la basura.
Nunca debemos alterar el entorno natural en el que nos encontremos, si no hay sitio para poner nuestra toalla, no hay que arrancar matorrales, por ejemplo, es tan sencillo como buscar otro sitio. El entorno en el que se encuentra la playa, sobre todo si es una pequeña cala natural, debe ser preservado tal y como está.
Es en estas pequeñas calas donde muchas personas intentan llevar el coche, prácticamente hasta la arena, bien por comodidad, porque no hay control o porque el acceso a pie es en una pendiente pronunciada. El entorno debe estar lo más limpio posible y cualquier otro medio que no san los coches eléctricos, la bicicleta o a pie, contamina.
Cuando hablamos de mantener las playas limpias, nunca debemos dejar de tener en cuenta la existencia de programas de conservación de playas. Hay muchas en las que hay voluntariado para limpiarlas. Con ello, se contribuirá a que las playas estén más limpias.